En mi época, todos los estudiantes de Arquitectura realizábamos “grandísimos” proyectos e imaginábamos construcciones y urbanizaciones “sin igual”. En la carrera, todas las asignaturas nos planteaban posibilidades de diseño, desde las teóricas como la Historia de la Arquitectura, o del Arte, o las técnicas como Cálculo de Estructuras, Mecánica del Suelo, y ni que decir de las artísticas, Dibujo Artístico, Dibujo Técnico, Proyectos… Todas ellas fomentaban nuestra imaginación para crear edificaciones y ciudades mejores, o diferentes, pero existía una asignatura contra la que topábamos como contra un muro, la Arquitectura Legal.

En mi caso, el Catedrático Don Santiago Fernández Pirla, y su gran libro gris, nos enseñaba otra cara de la profesión, más auténtica, o más habitual. Cuando uno comprendía que no estaba llamado para la “Gloría”, que no pasaría a la historia como uno de los grandes arquitectos que han dejado huella, interiorizaba que un arquitecto no es exclusivamente un “Artista”, es, sobre todo, un técnico, con multitud de conocimientos con los que poder servir a la sociedad.

En la Universidad Politécnica de Madrid, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, esta asignatura se sigue impartiendo:

La asignatura Arquitectura Legal, que ha estado presente en los distintos planes de estudio de la carrera de Arquitecto de la ETSAM desde 1862, tiene por objeto la formación de los estudiantes en la adquisición de los conocimientos necesarios sobre la deontología y la estructura de la actividad profesional; la organización colegial; los procedimientos y la reglamentación administrativa de la edificación; el contenido reglamentario del proyecto arquitectónico; las técnicas de medición y valoración económica del edificio proyectado; la regulación normativa de la dirección de obra; la prevención de riesgos laborales en el proyecto y en la obra de edificación; la actuación pericial del Arquitecto; la responsabilidad civil, penal y administrativa y la reglamentación civil y urbanística de la edificación. Además, cursando esta asignatura se adquieren de forma teórica y práctica las habilidades necesarias para la valoración técnica de inmuebles, una disciplina autónoma directamente vinculada con el ejercicio profesional de la arquitectura y del urbanismo.

En reconocimiento a esta asignatura que me abrió los ojos a la realidad de la profesión he querido denominar así a mi página web y a todos sus derivados, ya que es la rama a la que me he dedicado desde mis inicios pretendiendo alcanzar los máximos niveles de calidad.

Quiero acoger bajo esta amplia manta de Arquitectura Legal todas aquellas actividades profesionales que de alguna manera están condicionadas por diferentes legislaciones y que implican la intervención de un arquitecto, más allá de la más habitual y conocida de nuestras dedicaciones, la de Proyectista.

Un poco de médico, diagnosticando los problemas de las construcciones y “recetando” soluciones al ejercer como perito, un poco como economista al ejercer como tasador, un poco como abogado al enfrentar todo tipo de trámites y gestiones con la administración, pero siempre como técnico capacitado y, claro, siempre dispuesto a dejar caer un poco de “Arte” allí donde sea posible.

Santiago R. Parra Ortiz


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